Miedo en el bosque

 

 Julia - Alhama de Aragón

Había una vez en un pueblo al otro lado de las montañas un esqueleto que había conseguido encerrar  a su propia muerte en una manzana, mientras esta permaneciera en el árbol nada podría destruirlo. 

Todas las noches el malvado esqueleto salía y se llevaba a los niños y nunca más volvían a verlos.

En una casa cerca del  pueblo, vivía con su perro Chispa una niña llamada Sofía a Chispa le encantaba jugar con las manzanas y la niña como tenía un gran manzano en su jardín le daba las manzanas caídas para que jugara.

Un día la niña se acercó al pueblo a pasear a su perro y se encontró con una niña, se hicieron amigas y la niña le contó lo que pasaba por las noches y que nadie conseguía matarlo. 

Esa noche Sofía tuvo pesadillas, al día siguiente volvió al pueblo y resulta que el esqueleto se había llevado a su amiga ¡Esa era su pesadilla! Sin pensarlo dos veces la niña se lanzó al bosque en busca de su amiga, después de gritar su nombre varias veces quiso volver, pero no encontró el camino de vuelta y se refugió bajo  un frondoso manzano que estaba en un claro del bosque iluminado por la luz de la luna..

Para distraerse se puso a jugar con su perro tirándole manzanas como hacía siempre. De repente,  apareció el esqueleto,  Sofía se quedó inmóvil y Chispa al ver que la niña no le seguía tirando manzanas, de un salto cogió la más hermosa que estaba en el manzano,  mientras el esqueleto con una risa infernal avanzaba hacia la niña, entonces Chispa se abalanzó sobre el esqueleto con la manzana todavía en la boca, cuando chocó la manzana con el esqueleto rayos y gotas de oro salpicaron a las manzanas del árbol y se convirtieron en los niños desaparecidos. 

Cuando buscaron al esqueleto sólo encontraron la manzana,  ésta se abrió y salió un humo negro de su interior que se perdió por el bosque.

A partir de ese día ya nadie miedo tenia…

JULIA